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No me gusta como se viste

ADOLESCENCIA
No es personal, forma parte de una etapa

Recuerdo cuando era adolescente lo último que quería era estar junto a mi madre. No era personal. Necesitaba encontrar quién era más allá de las barreras del hogar. Necesitaba pertenecer a un grupo de iguales, ser aceptada por una comunidad. 

Experimentaba constantemente con la búsqueda de mi estética. Fui medio gótica, hippie y emo hasta que encontré una imagen de mí que me representara. Y creo que no la encontré hasta bastante más tarde.

Necesitaba apoyo y límites. Pero no desde la negación a todo, no desde el desprecio hacia lo que me gustaba, no desde los gritos y los reproches, no desde una ambivalencia de unas normas que no tenían ni pies ni cabeza. Necesitaba confiar en mis progenitores, tener un faro donde mirar, equivocarme y levantarme, construir mi identidad. 

Recuerdo que me prohibieron hacerme un piercing. Siempre había querido un piercing en la nariz. Quería ser rebelde, pero tampoco mucho. Mis amigas se hicieron el piercing: una en la lengua, la otra en el labio. Y yo quería un piercing en la nariz. Me decían que me arrepentiría, que me quedaría el agujero toda mi vida, que me estropearía la cara para siempre. Ahora que soy madre entiendo a mi madre.

Fui rebelde pero tampoco mucho. Me hice tres piercings en la oreja en los que llevaba todo tipo de atuendos que colgaban. Aún los llevo. Ahora cuelgo pendientes de los de verdad. Forman parte de mí, de mi historia, de lo que he sido y he querido ser. Los abrazo, porque pertenecían a una niña que se convertía en mujer, que no sabía qué le estaba pasando a su cuerpo, que no quería crecer.

Una niña que supo encontrar en sus amistades un apoyo, que tuvo la suerte de encontrar a un grupo de gente que la amaba tal y como era: con sus virtudes y sus defectos, y no puedo estar más agradecida. Y aunque algunas de las amistades han pasado a ser solo conocidos y saludados, forman parte de mí, han sido mi familia elegida y me han ayudado a crecer en todos los sentidos. 

Por eso no es nada personal, crecer es también crear tu nido para poder volar sola. 

 

 

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